lunes, 11 de octubre de 2010

MEMORIA ORAL COMO PATRIMONIO DE LOS PUEBLOS

La memoria oral o la historia oral es patrimonio de los pueblos y de los seres humanos. Un pueblo con memoria, es muy difícil manipularlo, pero un pueblo sin memoria es fácil de engañarlo. La memoria oral, es el texto de las personas que se lee y se interpreta. Pero esa lectura e interpretación solo es posible cuando existe el acto comunicativo, cuando existen pares, grupos, comunidades que comunican sentidos, relatos y metarelatos, suscentibles de ser leidos e interpretados.

La memoria oral como una tarea intelectual de las personas y de las culturas, es un valor ontológico y un aprendizaje. Un pueblo que reconoce en la memoria oral su historia, reconoce su identidad y valor trascendente a todo lo que hace, construye y representa en el mundo de la vida; y en este sentido aprender a reconocer sus legados, sus patrimonios, sus personajes, sus leyendas,sus mitos, su miedos, sus temores, su conflictos y cosmovisones.

La memoria oral configura mundos: mundos de vida, mundos de recuerdos, mundos de imaginación, mundos de relatos. Estos mundos interactuan en la cultura y las culturas a partir de los saberes y saberes hacer, en este caso, saber relatar, representar, simbolizar, pintar, dibujar, soñar...

Cada cultura y cada pueblo que habita una cultura sabe de memoria su texto oral. La manera más interesante de hacer posible ese texto es la fiesta, la feria, el carnaval, la danza, el folklor... Cada acto cultural es un ejercicio comunicativo que promueve la oralidad de las personas, de los grupos y de las comunidades.

La Feria de las Colonias y las Culturas, propuesta que promueve el doctor Alberto Meza en la ciudad de Mocoa, es una texto oral que devela una serie de saberes y saberes hacer, de valores, de tradiciones, de relatos y de costumbres, de las culturas y de las diversidades culturales de una localidad y de la pluralidad de regiones que habitan mundos geográficos y territoriales en el Putumayo.

Las cinco versiones, los cinco recorridos por la ciudad de Mocoa, las cinco historias hechas, hablan de un texto individual y a la vez de un texto colectivo. Hablan de un pueblo y de pueblos, de regiones y de valores. Son microfísicas y poderes que se representan en imaginarios y ensoñaciones, en fantasias, relatos y metarrelatos. En primera instancia, invidualizan localidades y regiones y en segundo lugar, devienen sentidos colectivos. Cuando pasa la feria de las Colonias las culturas en la ciudad de Mocoa, pasa la oralidad y la identidad de una nación reconfigurando su devenir histórico, su matrialidad y patrialidad, su nacionalidad y su orgullo, el rogullo de ser colombiano.

Pero en este recorrido, falta el texto de un pueblo, la identidad de un pueblo, del pueblo de origen, del pueblo y la cultura putumayense. En este rocorrido de culturas no se configura de menera central el relato, el texto, la meoria yla identidad de este pueblo, de esta región, de esta cultura; por el contrario se oculta y esto es lo preocupante de esta memoria oral. Sobresale más el colorido cultural de otras regiones, el lenguaje que identifica a un persona, el texto, la memoria, el legado de otras culturas con riqueza propia e identidad común, por ejemplo, la cultura nariñense o la huilense, la caribeña.

Cuando se recurre a la pregunta y se indaga al participante que pasa en el desfile magno; jamás se escucha "somos del putumayo, de la amazonía colombiana", cada uno dice, nariñese, huilense, paisa, y cada uno muestra su propio relato, su cuento, su historio su propio orgullo, su identidad; menos la identidad putumayense.

La oralidad de estos acontecimientos puede ayudar a configurar una relato de identidades, un texto de identidad que puede ser leido para establecer algunos parámetros y puntos de referencia de este feria. Pero, para lograr este punto álgido se requiere la tradición, la crítica, la discusión, el debate y toma de decisiones colectivas. Cada cultura debe reflexionar a la luz de su memoria y de sus textos, de sus filosofias y sus arquitecturas.

¿Qué legado, texto, memoria le deja la feria de las colonias y las cultura a la identidad putumayense? Ninguna!. Pero desde esta simbiósis y metamorfosis cultural se pueden generar concesos y reconocimientos de colectividad e identidad.

Hay que seguir grabandom en la memoria lo que acontece a través de estos eventos, de lo contrario pasará al olvido. Y los colombinos somos expertos en olvidar lo que hacemos y lo que somos. Lo invito a leer "cien años de soledad de nuestro novel por segunda vez... o ya olvidó quién escribió esta novela.

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